jueves, abril 23, 2020

Un icono precioso



Este curiosísimo icono muestra a san Pablo inspirando a san Juan Crisóstomo.

Hoy no me he dedicado a leer artículos sobre el siglo I. He revisado y rehecho el capítulo de mi novela en que san Pablo es invitado a un banquete funerario en una necrópolis. Este pasaje lo escribí cuando me inscribí, en Roma, al curso de arqueología cristiana organizado por un pontificio consejo. En una de las clases, se nos explicó con todo lujo de detalles un cortejo funerario y uno de estos banquetes. Me pareció interesante incorporar ambas cosas a mi novela. Esto significa que mi novela la empecé a escribir hace ocho años.

Al final de la mañana, en mi tiempo de lectura espiritual, he seguido leyendo dos capítulos del Levítico, veinte minutos. Y he seguido escuchando un comentario sobre ese libro. El Levítico siempre me había aburrido. Pero ahora desearía volver a leerlo entero. Siento que con una vez no ha sido suficiente. Cada versículo me habla de Cristo y de la teología del sacrificio. Además, ya os lo dije, me parece el más católico de los libros del Antiguo Testamento.

No dudo de que se puede hacer una lectura protestante de este libro sagrado, pero todo en él apunta, lleva, conduce, hacia la Iglesia Católica.

Por la tarde he recibido una llamada de una chica joven con una personalidad muy interesante, le gusta entrar en edificios abandonados. Siempre es un placer hablar con ella. Llena de vitalidad, de ganas de hacer cosas, rebosante de curiosidad. Hay gente que vive una vida más muerta, y hay personas que tienen una existencia más llena de vida.

Ahora que llevo ya casi un mes y medio de confinamiento si me preguntaran si echo de menos algo, creo que contestaría: “Acabar mi novela sobre san Pablo”.

Este pisito es mi El Escorial, mi Yuste, mi Abadía de Guillermo de Basquerville. Gracias al confinamiento no me tengo que sentir culpable por no salir. Además, he descubierto es bastante buena. Esto último es broma. Solo veo la televisión durante las comidas.

Tengo todavía unas décimas de fiebre. No me siento peor de los pulmones. Y peso 77,8 kg. También he comprobado que si no te afeitas (por estar aislado), te sale barba.