Sigo
trabajando en mi obra sobre la iglesia en el siglo I. En las novelas y en las
películas, cuando se muestra el mundo romano pagano, los personajes son como
los de hoy en día solo que vestidos con togas y túnicas. Pero el cristianismo
ha cambiado la sociedad radicalmente a base de siglos.
Me
he quedado sorprendido al leer un estudio que recogía, magníficamente, infinidad
de trabajos de otros autores acerca del feminicidio en Roma. Es la obra de Rodney
Stark, La expansión del cristianismo, Editorial Trotta, 2009 Madrid. Doy
los datos completos de la edición por si a alguien le interesa esta obra excelente.
Pues
bien, el autor deja probado lo siguiente:
Había 131 hombres por cada
100 mujeres en la ciudad de Roma, y 140 hombres por cada 100 mujeres en
Italia, Asia Menor y África del norte.
Yo
sabía que existía el feminicidio, pero nunca supe que a esa escala. Sí que me
había sorprendido el modo de nombrar a las hijas en la sociedad romana (maior,
minor), que indicaba que no solía haber más de dos. Y que tres era el
número máximo.
El
mismo autor aduce el trabajo de otro especialista, aunque la muestra de estudio
debe ser especial y no extrapolable:
Un
estudio de las inscripciones en Delfos hizo posible la reconstrucción de
seiscientas familias. De éstas, sólo seis habían criado a más de una hija.
Acabo con una carta que le envía a su esposa
un marido:
Has de saber que todavía estoy en Alejandría.
Y no te preocupes si todos vuelven y yo sigo en la ciudad. Te pido y te ruego
que cuides muy bien a nuestro hijito pequeño; y apenas reciba mi paga te la
enviaré. Si sucede que nace el bebé [antes de que yo vuelva a casa], si es un
niño, consérvalo; si es una niña, exponla. Me
dijiste: «No me olvides». ¿cómo podría olvidarte? No te preocupes, por favor.