He visto el comienzo del
funeral por las víctimas en la Catedral de la Almudena. Voy a dar unos cuantos
consejos para solemnes concelebraciones en verano porque el calor era
angustioso. Eso se veía claro desde el sillón de mi casa. Ver a los pobres
obispos, hasta a mí me daba calor.
Puede parecer que lo que
voy a decir no tiene importancia. Pero, en agosto, tenemos temperaturas de 40
grados varios días y de 38 grados casi todos los días. Así que estos consejos
son refrescantemente importantes.
Primero: Hay
que abrir ventanales en la parte superior. A esto ya dediqué un post muy
detallado de cómo se podría hacer en esa catedral en concreto. Lo que no puede
ser es que ese templo esté cerrado herméticamente, salvo por la puerta de
entrada.
Hay que ser un poquito
sádico para seguir manteniendo a los obispos en esa sauna, cada año, cuando crear
una corriente es la cosa más fácil de hacer en ese lugar. Yo di indicaciones
concretas de cómo hacerlo en otro post. En fin, lo repito sin esperanza.
Segundo: Hay
que apagar todos los focos. Los focos dan calor. Estoy casi seguro de que los
de la catedral son de los antiguos, no de los modernos que no dan calor. La
catedral era una sauna antes de empezar la misa. Alguien me dirá que era por
las cámaras. Hoy día, las cámaras pueden filmar con muy poca luz y queda muy
bien. Le da un toque mistérico.
Tercero: El
celebrante principal, en la sacristía se saca la sotana y se pone sobre su
camisa de algodón un alba de algodón ligerísima y amplia. Sobre esta una
casulla amplia y de tela con seda. No cuestan una fortuna, para nada. Y no dan nada
de calor. Hay una diferencia radical entre las telas recias normales que han
usado hoy y las ligeras con seda de las que hablo. En el Apostolado Litúrgico,
las buenas hermanas les informarán.
Cuarto: En
julio, en Madrid, basta con que el celebrante principal lleve mitra y casulla. El
resto de los obispos pueden llevar albas monásticas, amplias, dignísimas, pero de algodón. Cada obispo
basta que lleve estola, pectoral y solideo. Si se sacan las sotanas y las
camisas de clergyman (con fibra) y se quedan con camisas de algodón y encima se
ponen el ornamento que digo, comprobarán la diferencia de calor entre lo que propongo y lo que algunos llevan. Ya no digo nada si es de fibra sintética.
Los presbíteros quedan
totalmente diferenciados de los obispos, ya que no llevan ni solideo ni cruz
pectoral. ¿Queda menos solemne esta manera de concelebrar? Les aseguro que para
nada. Pero si se llevan a cabo todos estos cambios, la diferencia de calor es
radical.
Añadidura
para los presbíteros en sus parroquias: Si la concelebración es en
el exterior o si hay una procesión en verano, yo tengo un alba ligerísima con
capucha que me la confeccionó una señora de la segunda parroquia hace ya veinte
años. Y la sigo usando en ocasiones como las mencionadas, tras tantos años.
Vuelvo a recordar a mis
hermanos que es bueno colocar un pañuelo blanco, limpio, en el cíngulo, para
secarse el sudor sin tener que buscarlo en el bolsillo de los pantalones. Yo,
cuando me revisto, lo despliego y lo cuelgo como si fuera un manípulo.
En mi capilla, desde que
empieza julio, no enciendo ni una sola luz eléctrica ni durante la misa ni
antes de la misa, porque calientan mucho el ambiente. Solo luz natural.