sábado, julio 25, 2020

Jesús con tres discípulos



Hoy me ha escrito Alfonso, pasándome varias obras de patrología. Yo le he animado a que leyera mi trilogía sobre Dios. Ya me debe haber dicho unas cincuenta veces que las ha leído. Todo esto de recomendarle mis libros me ha parecido una variante del famoso cuento del Payaso Pagliacci. Para el que no lo sepa es este:

Un hombre va al médico y le dice que está deprimido, que la vida es dura y cruel. El médico le dice, el tratamiento es muy sencillo, el gran payaso Pagliacci está en la ciudad: Vaya a verle, eso le animará. El hombre rompe a llorar, pero doctor, le dice: Yo soy Pagliacci.

Me ha recordado a una variante. Os la cuento: Un lector va a la biblioteca y le dice al bibliotecario que ya ha leído a Ignacio de Antioquía y que también ha leído al Nacianceno, a Buenaventura y a Schmaus.

--¿Qué me aconseja ahora? ¿Qué tiene en los anaqueles?

--Nos quedan autores menores. ¿Ha leído a Fortea?

--Perdón... pero, usted es Fortea.

--No lo niego, pero si se examina, verá que usted también lo es.

El lector reconoció que era cierto. Y dijo:
--Entonces eso significa...

--Exacto. Que estamos en una obra de Fortea