viernes, julio 31, 2020

Apuntes para una residencia papal (II parte).



La pintura es una reconstrucción de cómo podría ser la Basílica de san Pedro del Vaticano alrededor del 1450. Ayer hablaba de la residencia papal veraniega, la voy a llamar Hortus Clausus. Esa residencia sería una excusa perfecta para erigir una reconstrucción lo más exacta posible de cómo podía haber sido la primitiva basílica vaticana medieval. No se debe pensar que levantar ese templo costaría una fortuna. En su estructura, era extremadamente simple, a pesar de ser un templo muy extenso con cinco naves.

La basílica podría visitarse hasta la mitad con fines turísticos solo en unos horarios muy estrictos y bajo ciertas condiciones. En este lugar se debe preservar el silencio y el ambiente de oración. El edificio-muro adyacente podría crecer hasta ser un gran centro de retiros espirituales.

En el templo, habría una tiara papal y todas sus vestiduras litúrgicas y eclesiásticas desplegadas sobre mesas amplias. Digamos que esos elementos de la sacristía estarían expuestos. También unas llaves de plata de dos palmos de longitud y una réplica del Anillo del Pescador.

Cuando el papa estuviera presente en la residencia, la tiara, las llaves y el anillo se colocarían sobre una mesa en la mitad del pasillo central, como símbolo de su presencia.

En los muros internos de la basílica, habría un retrato de cada papa de la historia. No una réplica de los medallones de San Pablo Extramuros, sino algo que los dibujase con sus vestiduras reales históricas y que cada pintura fuese una verdadera obra de arte. Se podría pedir la colaboración de todos los artistas católicos del mundo. Pudiéndose quedar ellos la obra original y disponiendo a la vista una reproducción exacta, barnizada y enmarcada en el conjunto.

Todas las pinturas y estatuas deberían ser reproducciones para así desentenderse de la seguridad. Si alguna es dañada, siempre se podrá recurrir a la estatua original o a la pintura original para reemplazar la pieza vandalizada.

Esta basílica tendrá una cripta que se irá llenando con sepulcros sin prisa. Su decoración vendrá cuando se haya acabado la de la parte superior. Allí podrían descansar representantes de todos los grupos que forman la iglesia: familias, religiosas, sacerdotes, monjes, eremitas, laicos consagrados en el mundo. Se los podría disponer por grupos.

Se formaría un cabildo que se encargara del culto en esa basílica. E incluso se favorecería la creación de, al menos, un pequeño grupo de laicos que vivieran de un modo monacal en ese lugar, bajo la autoridad del cabildo.

 Dado que se trata de una residencia papal, la autoridad del deán vendría dada por un nombramiento vaticano. Incluso, con los diez pueblos más cercanos, se podría crear una pequeña diócesis cuyo obispo residiese en las dependencias de esa basílica.

Post Data I: ¿Créeis que el Partido Comunista estaría a favor de dar algo de dinero para un proyecto así? Se les podría decir que es para reactivar el trabajo enviando allí a algunos constructores y artesanos ahora en el paro.

Post Data II: Este es el típico proyecto que entusiasmaría a cualquier arquitecto: ¡una residencia papal! Y, creedme, lo que entusiasma a un arquitecto entusiarmárá a la gente.